A la ninfa de mis sueños marinos
Tu silencio busco, busco tu mirar.
Me pierdo en tu pelo, primaveral flor.
Esos labios tersos bellos como el mar
me besan, sirena, y escapo al dolor.
Mi lengua en tus senos. Un sabor a sal
despierta mi boca salvaje, loca
de deseo y ebria de savia inmortal.
Son olas, ninfa, tus curvas; tu boca,
un hermoso lienzo de extasiado dios.
Son peces mis dedos, que desean beber
del eterno elixir de tu dulce voz.
Grande sea la dicha, ¡oh tierna mujer!,
del febril errante que acercarse a vos
el hado conceda. Volverá a nacer.
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